Para Grace Coddington la moda se divide en dos categorías: o se trata de algo sumamente llamativo que la gente desea vestir inmediatamente o bien es algo que resulta poco práctico en términos de vestimenta pero hace que la industria (en función de patronaje y procesos creativos) evolucione. En la más reciente edición de London Collections: Men, Agi Mdumullar y Sam Cotton lograron justamente posicionarse en el punto medio de ambas categorías coddingtianas.
Las que a simple vista podrían resultar simples, en realidad son complejas piezas en las que se superponen bolsillos delimitados por cierres y botones. Los compartimentos hasta ahora reservados para bolsos y mochilas aparecen incorporados en chaquetas, gabardinas y chalecos de amplio corte y en en tonos propios de la temporada – siendo esta característica lo único convencional de la colección.
A la par de presentar una línea tan propositiva como wearable, el dúo también mostró en la pasarela sus primeros diseños “femeninos”. Aunque, éstos, al mirarlos bien, podrían ser usados por hombres, y viceversa. ¿Es esto una contribución a disolver la barrera que separa ambos géneros? Podría ser, pero sin importar cuál sea la respuesta a tal interrogante, lo único certero es que una vez más Agi & Sam nos han dejado queriendo más.
According to Grace Coddington, fashion falls into two categories: either it is something instantly appealing that people want to wear or it is something people wouldn’t necessarily wear but it’s something that drives fashion forward. It is safe to say that during the past edition of London Collections: Men creative duo Agi Mdumullar and Sam Cotton fell right between both coddingtonian categories.
What might appear as simple to the naked eye is in fact a complex wardrobe of pieces (jackets, coats and even vests) in which pockets overlap in what can be defined as a “wearable backpack”. The only conventional thing about this collection is color: fall-like tones are present in every single piece of clothing.
The England-based duo also sent down the runway their first womenswear looks, but truth be told, men might as well wear them and look just as good…and viceversa. Is this a contribution to the dissolution of the barrier that separates both genders? Maybe. Whatever the answer is, there’s one thing that’s only known for sure: once again, Agi & Sam have left us wanting more.